De la pre-transición a las elecciones de 1977: el “Parlamento de papel”

Muerto el dictador, la prensa española le rindió su último tributo en términos que iban desde el encendido y patético elogio de La Prensa del Movimiento hasta el más o menos forzado o sincero, según los casos, de las demás publicaciones pro su larga trayectoria al frente del Estado.
El diario Ya decía el 20 de noviembre “El hueco que deja Francisco Franco en la vida española y el espacio que pasa a ocupar en la historia es tan grande, que cualquier superlativo no haría mas que empequeñecerlo” .

Tan solo unos días después, que la nueva Monarquía no podía ser:”Un franquismo sin Franco, ni debería serlo aunque pudiera” y abogaba por “fórmulas y actitudes nuevas”.

Conviene recodar que a la horade calibrar la función política desemejada por los medios de comunicación, que mientras Fuerza Nueva tenía plena capacidad libertad para combatir la política revisionista del presidente Arias Navarro, el semanario Triunfo había sido sancionado en septiembre de 1975 con una suspensión de cuatro meses por un artículo de José Aumente publicad el 26 de abril con el oportuno título “¿Estamos preparados para el cambio?” .

La prensa era, según la expresión de la época, el Parlamento de papel, el rey empezaba a representar a los ojos de esa mima prensa “la fuerza del pueblo” como depositario de una soberanía en la que se entreveraban los derechos de la Corona y del pueblo, hurtados ambos por la Dictadura. (Texto 1)

El propio Fraga – ministro de la Gobernación y hombre del primer de aquel Gobierno de 12 de diciembre de 1975- participó en el origen del nuevo periódico El País, que inició su andadura el 4 de mayo de 1976 tras una larga gestación que se remontaba a enero de 1972, fecha de la fundación de la Promotora de Informaciones S.A. (PRISA).

El nombramiento del Adolfo Suárez como presidente del Gobierno en julio de 1976, desplazando a los candidatos mejor colocados –Fraga y Areilza-, fue mal recibido por El País. No fue mejor la acogida que le nuevo presidente encontró en otras publicaciones próximas a la oposición democrática:

- Cuadernos para el Diálogo: “No caben paliativos: el nombramiento de Suárez ha sido un error”
- Triunfo y Cambio 16: “Estupor absoluto”
- Diario Ya: “No vale engañarse: la impresión general antes la crisis ha sido de desconcierto”.
- Especialmente reveladora de la radicalización de la posiciones políticas es la opinión sobre el nuevo Gobierno emitida por el boletín clandestino editado por los militares de la UMD. (Texto 2)

El ejecutivo aprobó a finales de julio 1976 un decreto de amnistía que excluía únicamente a los presos políticos con delitos de sangre. La media fue recibida en general por la opinión pública y empezó a dar cierta credibilidad el nuevo Gobierno.

-El País, 30 de julio: “El mejor de los posibles, pero no el más amplio de los deseables”. El periódico se mantenía a la expectativa del Gobierno cuyas primeras decisiones provocaban la misma perplejidad que su nombramiento.
- Por otra parte el semanario Triunfo parecía otorgar un margen de confianza al Gobierno, titulaba:”Los plazos se acortan y la espera se impaciencia”.

Las fuerzas opositoras mantuvieron su rechazo formal a la estrategia reformista y aconsejaron la abstención en el referéndum de diciembre de 1976 para la aprobación de la Ley de Reforma Política. La intuición y la espontaneidad fueron igualmente dos rasgos esenciales en el modus operando de la transición, tanto en el ámbito político como en el periodístico.

El asunto más espinoso en las negociaciones entre el poder y la oposición fue la legalización PCE el 7 abril de 1977, que costó la dimisión del ministro de la Marina.

Desde principios de 1977, el Gobierno había regulado:

- El derecho de asociación sindical.
- Ampliado la libertad de expresión (decreto-ley de 12 de abril)
- Legalizado del PCE
- Disuelto el Tribunal de Orden Público, la secretaría general del Movimiento y la Organización Sindical, es decir, el aparto judicial, burocrático y sindical del Estado franquista.

Los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977), el famoso consenso de que tanto hablarían la prensa y la clase política en estos meses cruciales contribuyeron de manera muy notable los propios medios de comunicación, que, a diferencia de lo ocurrido durante la II República, actuaron como un factor de estabilización política en democracia.

Dos momentos delicados como la matanza de los abogados laboralistas calle Atocha, se mantuvo en cierta forma un consenso en los editoriales: ABC, Arriba, Diario 16, El País, Informaciones, Pueblo y Ya, .Y la legalización de PCE, titulado “No frustrar la esperanza”, (Texto 3) lo publicaron los mismos periódicos, además de La Vanguardia, con excepción del diario ABC, contrario a la legalización del PCE.

Las elecciones de junio de 1977, tuvo también su correlato periodístico:

- Diario Ya, acogió con satisfacción el triunfo de UCD.
- La revista Cuadernos para el Diálogo, servía de tribuna para la el sector de la democracia cristiana cuyos resultados habían sido calamitosos en la elecciones.
- El País, Cambio 16 y el nuevo Diario 16 eran considerados más o menos próximos al PSOE, aunque respaldaron las líneas generales de la política de Suárez.
- El seminario Triunfo, pidió el voto para las izquierdas en vísperas de las elecciones.