Introducción

La situación sobrevenida a consecuencia de la guerra civil creó un sistema de comunicación propio de los regímenes totalitarios. El régimen franquista, en efecto, configuró en sus primeros años un sistema de comunicación que en bastante medida respondía al modelo totalitario según los precedentes de la Italia fascista y la Alemania nazi. Sin embargo, ese acaparamiento y absorción íntegra del sistema de comunicación tratará de ir aún más lejos en nuestro caso que en los precedentes mencionados. En lo que a la prensa escrita se refiere, el control sobre la misma se intentará llevar a cabo hasta sus últimas consecuencias con la creación de una amplia red de periódicos producto del conjunto de incautaciones efectuadas durante y después de la contienda civil.

La titularidad de estos medios no aparecerá claramente definida hasta que el régimen mismo vaya progresivamente estructurándose política y jurídicamente. Las distintas fuerzas políticas concurrentes en el banco vencedor intentarán por todos los medios obtener parte del suculento botín incautado. No obstante, la desarticulación de las distintas fuerzas y organizaciones políticas de apoyo inicial del régimen y la creación del partido único dentro de un régimen, definido como “apartidista”, frustrarían tales esperanzas.

La evolución política observada en el régimen a partir de finales de la década de los cincuenta en nada o en muy poco incidirá en la que podemos denominar Cadena de Prensa del Movimiento cuya estructura y organización, reguladas por medio de una maraña normativa que en algún momento pueden llevar a la confusión, por la superposición de atribuciones al Estado y al Movimiento mimo, permanecerá prácticamente invariables hasta la desaparición de la estructura híbrida que la sustentaba, el Movimiento Nacional.

El proceso de reforma política iniciado en 1976 incidirá de forma decisiva en la vida de la Prensa del Movimiento, no tanto en atención a ella misma sino como consecuencia de las modificaciones que en la estructura del Estado se van desarrollando.

La comunicación política de la Prensa del Movimiento/Prensa de Estado durante el período de la transición política se puede reseñar es la que caracteriza a ésta por su oficialismo, en lógica con las transformaciones política generadas por los sucesivos gobiernos de la transición.

La desarticulación del Estado franquista iniciada a finales de 1976, desde el punto de vista institucional, con la Ley para la Reforma Política, ocasionará la pérdida creciente de esos referentes en la Comunicación de la Prensa y un incremento de las valoraciones desfavorables cuando meses atrás eran decididamente positivas.

Un supuesto especial lo constituye la presencia y el tratamiento otorgado durante la transición política española a la figura y persona de Francisco Franco en la Prensa del Estado. La presencia del mismo en los relatos analizados es una constante a lo largo de toda la transición, aunque con menor intensidad según nos vamos aproximando a final de 1978. A diferencia de lo que ocurre con los actores e instrumentos del régimen franquista, la figura de Franco no recibe, en ningún caso, valoraciones negativas, aunque también desciendan, hasta prácticamente desaparecer, las de carácter favorable o positivo. En contraportada, una consideración preferente y casi exclusivamente neutra del mismo provoca una institucionalización, su legitimación, al menos en el marco de la comunicación política.

El papel desempeñado por la antes Cadena de Prensa del Movimiento en la transición estará en perfecta consonancia con el propio proceso político desarrollado durante esos años en nuestro país. El proceso de transición política muy difícilmente puede ser tildado de rupturista o de continuista. En ninguno de los dos casos nos atendríamos a la realidad de esos años.

La ausencia de un cambio absoluto e inmediato con el régimen anterior ocasionaría el que la comunicación política de un órgano de prensa, precisamente de dependencia estatal, no se produjese una radical transformación, ni tampoco se mantuviese en igualdad de términos el modelo de comunicación característico del franquismo.

Los distintos roles desempeñados por cada uno de los actores políticos de la transición tendrán su plasmación en el tipo de comunicación política concreta que corresponde a cada uno de los períodos de la transición.

La presencia de cada uno de los actores estará, en bastante medida, condicionada por la consideración de los roles políticos que desempeñan en cada momento. La aparición de los nuevos roles políticos provocara el desplazamiento de aquellos actores de la comunicación que no adaptan su actuación al nuevo modelo de rol político imperante. La comunicación política de la Prensa del Movimiento hasta 1984 se irá adaptando a las nuevas coordenadas políticas dominantes y a los intereses del poder establecido.